domingo, 24 de julio de 2011

El verano

Quien puede resistirse a esa explosión de colores que nos abruma cuando la estación estival nos llama a la puerta.El calor,esos olores que con fuerza invaden nuestras fosas nasales,esa luminosidad que nos obliga a cerrar los ojos cuando el astro nos encara y nos recuerda lo poco que dormimos la noche anterior.Las fiestas de los pueblos, las bebidas refrescantes que nos ayudan a paliar la sed,muchas veces mezcladas con unas gotitas de alcohol para alegrarnos un poco más si cabe el cuerpo.Y que decir de esos cuerpos ligeros de ropa que nos hacen mover la cabeza como si de un partido de tenis se tratase.Muchos se quejan del calor insoportable,de las noches en las que no corre ni una pizca de aire y no se puede dormir,pero cuando preguntas,la mayoría prefiere esta estación a las demás;por algo será.Ya lo dice el refrán "A l´estiu tot lo mon viu".Y queramos o no,el refranero popular,sabio en estas lides,igual que el demonio, que más sabe por viejo que por demonio,tiene razón.Nos quejamos porque somos así,pero no cambiamos esa cervecita bien fría en la terraza del bar,esos cuerpos esculturales que nos alegran la vista,esas fiestas en la nocturnidad del aire libre,esa luz de los largos días,ese refrescante chapuzón en la playa o la piscina,esas siestas interminables sin ninguna preocupación,esos paseos a la luz de la luna por la orilla del mar bañando el mar nuestros pies.La fogosa interactuación de los cuerpos que como dos imanes se atraen en esta estación,ese acercamiento entre sexos que adormilado espera durante el resto del año el momento de nuestro despertar.Esa mirada pícara,ese gesto que nos incita a dar un paso más,esa caricia que se pierde entre la piel.Podemos quejarnos de muchas cosas en verano,pero en nuestro fuero interno,la mayoría no lo cambiamos por ninguna otra estación.Reflexionad y contestad sinceramente,¿lo haríais?